Abrid las fosas.

Abrid las fosas. Y mirad dentro. Mirad con atención. Cuanto antes. Retransmitidlo todo en directo. Que veamos nosotros también lo que hay dentro de las fosas, pero sobre todo, que veamos nosotros como miráis vosotros dentro de ellas. 

Un entierro digno es un acto de justicia solamente para los familiares de los muertos. No queda vivo nadie a quien se pueda culpar de esas atrocidades. Para los demás, es una oportunidad para aprender quienes somos de verdad. Cual es nuestro potencial de odio y destrucción. Nos muestran de qué somos capaces si nos dejamos llevar.

Y yo quiero que vayan los políticos de todos los partidos vayan a aprender. Es su deber. Desde el ministro y los portavoces de los grupos parlamentarios, a los concejales de los pueblos en los que estén enterrados esos desgraciados. Esos cadáveres agujereados y podridos, enterrados de forma indigna, apilados los unos sobre los otros en el barro, tienen algo que contarnos. Son nuestra sombra, que diría Jung. 

Mirad cómo se hablan entre ellos en el Congreso. Mirad con que odio, contenido y sin contener, con qué cinismo. Es un rencor inexplicable, como si fuese genético. Mirad cómo discuten los periodistas en el plató, echando espuma por la boca. ¿Creéis que no somos capaces de volver a matarnos, pueblo a pueblo, barrio a barrio?

Tanto la izquierda como la derecha están enfocando mal este asunto, y van a dejar escapar esta oportunidad. La izquierda, incapaz de implementar su modelo económico, ha decidido colonizar nuestros sentimientos. La derecha siente que le van a echar la culpa de algo y tiene miedo. Van a dejar escapar una valiosa oportunidad de terapia de pareja, que evite el otro divorcio entre las dos españas de los cojones. No queremos otra guerra, aunque sea por no tener que aguantar ochenta años de películas sobre ella.  

No queda nadie vivo responsable de lo que pasó entonces. Sí, ya sé que Franco le regaló la Play 4 al padre de Espinosa de los Monteros, y que Villar Mir hacía trampas al Monopoly. Qué más da. Podría haber sido peor. No hay cosa que más me joda que escuchar a la gente de mi edad criticar la Transición. Gracias a ella, crecieron en paz jugando al balón en la plaza. Mirad lo bien que les ha salido la transición a los sirios, o a los libios. Mis primas sirias no encuentran chicos con los que casarse. Hay escasez de solteros en Aleppo. Murieron todos en la guerra.  

Así que abrid las fosas y aprended, que os creéis que lo sabéis todo y no tenéis ni puta idea de nada. Y una vez que hayáis aprendido, no cerréis las fosas. Qué en algún sitio habrá que meter a los muertos por el covid.

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