Sobre la inconveniencia de tomar té.

Todos los sentimientos son una mezcla de sentimientos. Por eso hacemos música y poemas y otras mierdas. O vamos al psicólogo. Por el eso el psicólogo también va al psicólogo. Rara vez tenemos un sentimiento puro hacia una situación, una persona, o hacia la vida. Eso sería demasiado fácil, y no nos han puesto el segundo “sapiens” como nombre específico de nuestra especie de gratis. Homo sapiens-sapiens te jodes por listo. 

Y no es tan sencillo y ñoño como «siento una mezcla de amor y odio». En mi caso, cuando me relaciono con los demás, uno de las sentimientos más frecuentes es una mezcla de ira, culpabilidada, duda y tristeza. Ira es la emoción que surge de la razón ane una situación que percibo como injusta. La culpabilidad está ahí desde que nací, viene de serie. Duda, en una esquinita, diciéndome que a lo mejor me estoy equivocando, y dentro de unas horas pensaré lo contrario de lo que pienso en ese momento, lo cual es generalmente lo que sucede. Y finalmente tristeza, porque estoy harto de que todo sea tan difícil siempre.

Y todo eso en un solo sentimiento. En una sola emoción. Para beber de un trago y digerir durante horas, días, semanas. Un San Francisco con petróleo sin refinar y hormigas. Para ti solo, gilipollas.

Otra cosa: el té es simplemente café para cobardes.

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